EL ESPACIO TIEMPO Y LOS MOMENTOS MÁGICOS

Esta es una traducción literaria a un momento muy especial.

El día sábado 26 de enero nos juntamos a despedir a Marianita por parte de gran parte de la familia cercana en Santiago - Buin.

Mis disculpas si hablo en primera persona ya que esta descripción es lo que experimenté personalmente.

Nos reunimos aproximadamente a las 13:00 horas, éramos como 25 personas, a preparar una pócima cuyo contenido debería ser asimilado por los presentes.

El preparador oficial de dicha pócima era Nelson el alquimista y lo apoyamos algunos aprendices dando algún aporte.

Mientras se preparaba la pócima cuyos ingredientes fueron un aporte de carne de ave industrializada (pollo), cebolla, longanizas, un extraño pedazo de costillar ahumado de cerdo. Un gran aporte de choros maltones de muy buen tamaño y sabor, almejas de alta alcurnia traídas desde Concepción, almejas humilde orígen, pero no por eso de mal sabor, traídas del Terminal pesquero de Santiago, un gran pedazo de cuero de chancho, una merluza de gran tamaño, ajo en abundancia y tal vez algún otro ingrediente que se me escapa acompañadas por una generosa porción de vino blanco de diferentes orígenes, sal aportada por varios y el ingrediente secreto más oportuno una abundante porción de coñac.

Al mezclar estos ingredientes en una olla de gran tamaño cocinada por un fuego de noble origen en una cocina a leña se empezó a producir lo más extraño que de sentido en el último tiempo.

Antes que se produjera el acontecimiento, mi madre, cual bruja de cuento infantil, preparó un mariscal frío con machas, ulte y otras cosas que no me acuerdo, que entiendo nos adaptó el cuerpo para ese viaje mágico.

Paralelamente, al tío Mito, al parecer otro brujo, se le ocurrió la idea de llevar una sorpresa a dicho evento que le entregó a mi primo Mario, el anfitrión, para reproducirlo en el equipo de música, y como buen médico, no fue capaz de llevar a cabo esa tarea, sin embargo, una prospecto de colega suyo salvó dicha situación, mi hija Camila que todavía no ha sido mentalmente reducida a la ignominia tecnológica, producto del severo régimen de estudio que atraviesan los estudiantes de medicina, pudo llevar a cabo la tarea.

Es importante hacer notar que la pócima preparada por el alquimista estaba lista y en forma prácticamente simultánea se logró de poner el cassette que trajo el tío Mito.

Se hizo un discurso y se procedió a repartir la pócima acompañada de agradables líquidos de poco alcohol, y el cassette se puso a sonar y, ¡¡¡¡ se produjo el momento mágico!!!!.

Mientras almorzábamos, se produjo la irrupción violenta y agradable visita de nuestros parientes que llegaron del pasado, a través de una protuberancia temporal de la helicoide del tiempo, cantando y compartiendo desde aproximadamente treinta años de distancia. Como si la helicoidal temporal de que habla Mario tuviera un punto de contacto tangencial y que me transportó a un tiempo y lugar que ya había olvidado, percibiendo olores ruidos y demás cosas y situaciones del pasado remoto de Lumaco.

Ahí estaba el tío Lolo, la tía Ely, la tía Chela, el tío Carlos, el tío Tulio, el tío Ricardo, el tío Mito, parece que la tía Guille, el tío Orlando, junto con algunas primas y el tío Víctor, el Tío Raúl, mi padre y algunos otros que no puedo identificar, quienes estaban cantando “Que grande que viene el río”, y otras canciones (también diciendo aquellas transversales palabras “¡¡salud compadre!!”).

El momento duró aproximadamente 1 hora. Fue un momento mágico donde nuestros antepasados se hicieron presentes con nosotros atravesando la pared del tiempo.

Entiendo que algunos otros también lo percibieron.

Eso es lo que quería compartir con todos.

El cassette lo tengo digitalizado.

José

Fotos despedida de Mariana