sábado, 27 de febrero de 2010

Estado de nuestra familia

Por favor poner qui el estado de cada uno de nosotros ya que la comunicación es complicada.


POR FAVOR REPORTARSE

jueves, 25 de febrero de 2010

miércoles, 24 de febrero de 2010

Resabio de algo no mostrado en el encuentro

Debido a que no tuve oportunidad de hacer mi presentación en el encuentro de Quillón, ahora publico el resultado de mi trabajo de búsqueda de pruebas efectivas de nuestros ascendientes.
Este se me quedó en el tintero y ahora lo comparto con la familia.
Solicito a Javier modificar lo que corresponda en el árbol genealógico.




martes, 23 de febrero de 2010

Foto de un anacronismo


Parientes:


Esta es mi última entrada al Blog y lo hago como homenaje a mi Madre y mi abuela Mimí que según se muestra a mis ojos se funden en una misma imagen.
La foto pertenece a Marcela.


sábado, 20 de febrero de 2010

Un personaje inolvidable

En la época estival es cuando recuerdo con nostalgia a nuestro tío Víctor Aravena. Aunque algo hosco, era un personaje realmente evolucionado para estos tiempos, auténtico, irreverente, sin el pecado de la ambición ni el de orgullo, tan desmedido en muchos de nosotros; en su quehacer diario no actuaba con formalidades, diplomacia, dobleces ni hipocresías y no conocía el significado de la palabra “tensión” en su acepción moderna de ansiedad. No era hombre de iglesia, y se mantenía alejado de todo ruido y de todo estrépito. Aunque pareciese ser que algunas de estas características no fueran precisamente cualidades ¡si lo son! En suma era como suele decirse en la jerga popular, “todo un tipazo”.


Se allegó a la familia desde siempre, fue muy querido por sus cuñados y respetado por sus pares, sin embargo, con el tío Carlos mantenía diferencias insalvables por desacuerdos en las diversas actividades relacionadas con el trabajo de la quinta y también diferencias políticas, los que se fueron ahondando con el tiempo y siempre rivalizaban en torno a quién dejaría éste mundo primero.


Políticamente era un progresista e incondicional partidario del ala izquierda del partido radical, y un apasionado defensor de sus ideas políticas, allendista de toda la vida hasta en los más difíciles momentos.


Dueño de una salud de hierro y se sabe que el mal genio (que él proveía en abundancia en la mañana cuando insultaba debidamente al alimentar a los animales, con un lenguaje poco académico) es un signo de buena salud; parecía ser que era el único modo de entenderse con ellos. No tenía vicios marcados, sólo en ocasiones fumaba tabaco o se servía alcohol con algo de exceso. Fue un hombre feliz, machista por naturaleza pues según su punto de vista, hacía lo que consideraba correcto al desempeñar las actividades propias de su género, jamás discutía pero tampoco aceptaba intimidaciones y eso se debía, sin duda, a la inteligencia de la tía Eli, que sabía muy bien como tratarlo, claro que, a veces la colmaba un poquito. Era fuerte y nada sentimental y la única vez que creo haber divisado un asomo de lágrimas de emoción en aquellos ojos azules, fue cuando nació su hijo Víctor Manuel.


Vestía despreocupadamente y disponía de un humor negro, natural, punzante, dueño de frases y chascarros célebres y variados, cuyas “salidas” causaban hilaridad en los que lo rodeaban.


Era el proveedor principal de la casa-quinta, pues sembraba un pedazo pequeño de terreno llamado “la isla”, con maíz, papas, melones, sandias y toda la parte alta, con trigo, por tanto, gracias a él, jamás faltó en la mesa el queso, los choclos cocidos con mantequilla, las humitas, el pastel de choclos, las papas cocidas y el rico pan amasado. La isla era algo más de media hectárea rodeada por los ríos Pichi-Lumaco y Purén y que en invierno se inundaba hasta prácticamente desaparecer y de ésta manera quedaba proveída con el légamo arrastrado por estos ríos, lo que permitía obtener cosechas cercanas al cien por uno. Siempre trabajó en lo ajeno y ahora me pregunto ¿que habría sido de él con una parcela aunque hubiese sido pequeña? Antes de la llegada del verano se preparaba, trayendo una segunda vaca para el abastecimiento de la leche pa` la gallá; hay que estar preparado para cuando lleguen “las langostas” solía decir con su habitual humor. Cuando sacaba la leche los menores esperábamos pacientemente para obtener un poco del “apollo”.


Fue generoso con todos, y son tantos y bonitos los recuerdos que se agolpan en mi mente, como aquel día en que me invitó al campo donde laboraba (tendría unos diez u once años); ensillábamos los caballos como a las cinco de la mañana y después de cabalgar unas dos horas llegábamos a sus actividades habituales; el trabajo que había que realizar era intenso, de sol a sol, en contacto permanente con la naturaleza; parecíamos un par de “vaqueros” cuidando, trasladando y alimentando al ganado, arreglando cercas y otras variadas tareas. Al almuerzo compartíamos, tras hacer una fogata a pleno campo, una gran paila con media docena de huevos revueltos con mucho tocino y acompañado con pan amasado. En la quinta solíamos subir a los árboles para sacar manzanas u otras frutas y aquello servía, además de lugar de observación también de conversación para “pelar” apropiadamente al tío Gume, alias “el Zorro”. La última vez que lo vi fue en su casa de Lumaco donde compartimos una chicha de manzana elaborada por él y que tenía reservada solo para casos especiales, aquello me causó gran emoción. Estos y otros muchos momentos forman parte de recuerdos que jamás se olvidan.


Un mañana del 30 de mayo de 1995 falleció por un ataque cardíaco. Su muerte fue rápida y sin escándalos, premio que el Creador le tiene reservado solo a personas especiales por considerar que su comportamiento durante su vida fue el adecuado y en nuestra historia familiar ocupa un lugar importante y al que podríamos aplicar sin dudarlo aquel adagio que lo retrata de cuerpo entero, “no se vendió a Dios por el cielo ni a los hombres por el oro”.


Nano Parra (un histórico)

viernes, 5 de febrero de 2010

Reflexión acerca de la visita a la Iglesia de Bulnes.

Reflexión de Víctor Guillermo Parra acerca de la visita a la Iglesia de Bulnes el domingo 24 de Enero del 2010.

Al leer en el blog que mantienen los integrantes del Grupo de descendientes de la Familia Parra Chavez, me impuse de una publicación de un relato de la concurrencia a una misa efectuada en la Iglesia principal de Bulnes. Expongo entonces mis impresiones ya que fui uno de los protagonistas en dicha ceremonia.

Efectivamente aparte del hermoso relato realizado por Jose Astudillo, mi mente de hombre viejo, me hizo aventurarme e imaginarme cosas que pudieron ser realidad en la época en la que efectuaron los hechos.

Realmente cuando pasamos por la localidad de Bulnes camino a Quillón en el trayecto del Bus acompañado de mi esposa Raquel; mi hijo Guillermo y mi nieto Nicolas inicie el camino imaginario de como se desarrollo la vida de algunos integrantes de aquel magno hecho acontecido en las postrimerias del siglo 19 cuando una cantidad indeterminada de personas unidas por intereses comunes de establecerse en algún lugar, desconocido en ese instante, para desarrollar sus vidas y las de sus familias creando sus propios hogares y ante el sueño de una nueva California, el trigo como vital elemento y que representaba el fruto del trabajo y la relación con la tierra de hombres de campo, para ello fue necesario atravesar el río Bío Bío y cuya aventura ha sido narrada en varias ocasiones por diferentes integrantes de las actuales generaciones descendientes de de aquellos hombres excepcionales que dieron vida a nueva etapa en sus proyecciones.

Siguiendo con el objetivo de mi propio relato, al retornar a este lugar con tantas facetas históricas para la familia imagino en cada rostro de los actuales descendientes hubiese algún rastro de aquellos personajes especiales, situación que nos une y dando gracias a Dios por la maravillosa ocurrencia de aquellos que proyectaron el encuentro de la familia, específicamente en un lugar tan auténticamente ligado a nuestro origen.
Pude percibir en el paso por allí, en especial por la plaza de este lugar, un busto de algún hombre destacado en la historia y en especial para la ciudad en la cual estábamos; no fue mi interés averiguar sobre su nombre o por el hecho especifico sobre el cual era merecedor de este homenaje e imagine que este pro hombre no era otro sino mi padre Dn Manuel Artemón Parra Fuentealba.

El acontecimiento de la misa se realizo el 24 de Enero a medio día fue un verdadero espectáculo; el recinto estaba lleno de feligreses de la zona y otros lugareños, por ejemplo misioneros de Viña del Mar y que me hizo trasladarme en el tiempo a los finales de 1800, cuando mi padre fue bautizado posiblemente en el mismo lugar, tal como lo manifestara mi hermana Gladys, ya que según lo averiguado habría sido bautizado en un periodo dentro de los 15 días posteriores a su nacimiento, presumiblemente durante alguna Romería típica de la época.

El recogimiento natural que me produjo tal hecho, y sin siquiera haberlo comentado, observo a Gladys con la misma emoción, y que mediara ninguna palabra nos tomamos de la mano y fuimos a recibir la ostia, con toda esa emoción imaginable, me dirigía con mi señora Raquel mas el matrimonio de Jose y Ana Maria, quienes nos cedieron el paso.

Fueron momentos inolvidables los vividos con Gladys y reforzados por el hecho de que somos los últimos y únicos sobrevivientes de los hijos Parra Chavez.

Víctor Guillermo Parra Chavez