Camino de vida. La siembra milagrosa
Después de revisar una vez más los hechos en la reunión de la familia, me esfuerzo en rememorar los hechos mas recientes.
Hago un compendio de la situación que estamos viviendo y encontrarle la explicación a tantos hechos y saco por conclusión que aquí esta sucediendo un milagro. No se si echarle la culpa al Patroncito, y/o la influencia de aquellos seres queridos que ya partieron a la llamada del señor, o ala suma de toda la familia al respaldo de el amor y la bendición de este.
La vida está triunfando en su imagen mas clara al aceptar sus desquicios y dar gracias por ello.
En la medida que se desarrollan encuentros de la familia, en torno a una visión comunitaria, sentimos la presencia de nuestros seres amados que ya partieron a reunirse con el señor, sentimos su presencia de nuestros seres amados que ya partieron a reunirse con el señor, sentimos su presencia envuelta en el ropaje de Ángel que nos guía en nuestra actitud cotidiana; si alguna vez dudamos en el poder de la oración compartida, hoy estamos seguro que esta nos mantuviera mas unidos: Es, en buenas cuentas nuestro mayor apoyo. Es, lo que inculcaban nuestros ancestros el resultado de la preparación del surco que está preparado, para recibir la semilla y esperar la cosecha de una siembra milagrosa.
Aquello que parecía irreal, hoy no tenemos dudas que no ha sido en vano el sacrificio de nuestros padres y antecesores para entregarles nuestro amor en un Padre Nuestro por ellos aprehendido y trasmitido desde el propio Jesús.
Aquello que estamos viendo día a día de unirnos en un abrazo sincero, estamos gozando su resultado.
De unos pocos, hoy en una verdadera falange indestructible de muchos que se van sumando para su cosecha.
…Y dios bendijo al Sembrador y le cubrió de buena semilla…
Saco de mis recuerdos los resultados de la siembra y… desde aquel lugar que el señor le entrego, permite el contacto que se produce por el amor. Allí están ellos cubiertos en el manto que se les entrego y acá nosotros con el recuerdo imborrable de el camino recorrido.
Hay una cementera en sus frutos ofreciendo su maravillosa Ambrosía.
Observo a mi alrededor cientos de personas de distintas generaciones … Todos nacidos del madero milagroso de la cruz y de ella el Redentor de cuyas heridas surge milagrosamente los frutos de la vid y en su rostro después del sacrificio aparece las lagrimas de amor que derraman como un riego fecundado.
Y siguen apareciendo de mis recuerdos mediante la tecnología, nos unimos cada vez más asiduamente en diálogos eternos. Están ahí las voces, los cantos, las risas de largas jornadas juntos, amenizados con los ruidos de los vasos de jugo de manzana con los cuales el buen Víctor y Carlos nos esperaban todos los años. De esas manzanas cuyo aroma y sabor perdura en la mente. Allí se siguen encontrando las generaciones posteriores a M. Artemon y Emelina para cantarle la vida su promesa de amor: Allí están las voces, gestos y ademanes que emiten personas como Carlos y otros hermanos que hoy si los entendemos en su lenguaje peculiar, y cuando desde el pecho se retienen, por no encontrar la salida y se transforman en un electrizante y desgarrador grito proferido por Tulio.
Y salen los recuerdos, los chistes de épocas idas de sentirnos unidos, como la manzanas a los frutos unidos entre si. Sentir nuestros pies descalzos en las aguas de nuestro querido rio, mientras nuestros amados, madres, tíos y sobrinos preparaban la rica ensalada de tomates de olor penetrante, con atrás yerbas aromáticas de nuestros campos.
Y…. ¿Cómo termino?, con su saludo y despedida, ya el despertador de Mimí esta cantando jubilosamente.
Chao… may may…. Pencallan….
Víctor Parra Chávez
1 comentario:
Excelentes sus palabras tío, comparto con Ud., aquellas sensaciones de recuerdos imborrables de aquel Lumaco familiar.
Sin lugar a dudas el Encuentro sobrepaso con creces nuestras expectativas y sé que todos aquellos que ahora no nos acompañan estarían muy contentos por los frutos logrados.
Sigue adelante tío con tus oraciones, siempre serán bien venidas.
Claudio
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