Buin, 12 Abril 2007
Querido Moncho:
Como escribirte de lo que sucedió con la Pollita, cuando la pena me dice que no lo haga, ya que todo lo que pueda decir, solo destaca más el dolor presente.
Sin embargo quiero hablarte a ti, algunos días después, acerca de los gratos momentos en que tuve el privilegio de estar en tu casa, compartiendo contigo, Pollita y tus hijos, en donde pude atisbar la cálida familia que ustedes son y que con ella formaste. Vi lo acogedores que fueron, pese a lo mal que ella estaba, quien además mostró gran preocupación por mi esposa Amparito, al preguntarme por ella ese día, en que se levanto de su cama para atendernos, con todo su corazón. En mi memoria permanecerá para siempre ese gesto, profundamente afectuoso, junto al calor que se desprendía de toda tu familia.
Esta calidez debe ser herencia que tiene que permanecer con ustedes, no la descuiden, ya que a pesar de lo muy poco que desgraciadamente alcance a conocer personalmente a la Pollita, me basto para darme cuenta de lo valiosa que era ella en cuanto a lo que la rodeaba, e imagino que su deseo desde el lugar en que actualmente se encuentra, es que ustedes mantengan de alguna forma esta calida forma de ser.
Tenemos grandes ejemplos en la familia, como el de la propia Mimi, que sobrevivió casi 30 años a la muerte de su esposo Artemón, manteniendo pese a esto, el amor con que crió a su gran familia.
Pienso Moncho, firmemente que las personas no se van del todo, tal como nuestro abuelo permanece con nosotros hasta nuestros días por sus ejemplos y enseñanzas pese a que mi siquiera lo conocimos. Lo mismo te sucederá a ti poco a poco al constatar que la pollita permanecerá junto a ti de diversos modos, tanto en tu propio recuerdo como en otras cosas, como los rostros de tus hijos, con sus valores y afectos, además de otros hechos cotidianos, como las plantas que cultivaba y la educación que a tantos entrego, y también cuando te sientes a descansar bajo el parrón con los ojos entrecerrados, sentirás que ella esta sentada junto a ti acompañándote.
Esta es la ventaja de concebir al mundo desde el lado mágico, que en realidad no lo es porque estamos hablando de realidades cotidianas, que nos mantienen vinculados siempre a todos los que amamos, ya que como te decía, permanecemos vivos de muchas maneras, tanto por las obras como por los recuerdos; pero estos últimos tienen que ser positivos y felices, desechando el recuerdo doloroso ya que ese solo da cuenta de el costo que tiene desprendernos de nuestro cuerpo físico, lo que no tiene ninguna importancia, lo que debe prevalecer es el recuerdo dichoso, feliz , optimista, y esperanzador, de tantas vivencias gratas, momentos felices y duros compartidos hombro a hombro en la lucha sin tregua que se da por formar una familia que de a poco va cuajando en una realidad hermosa, con la compañera leal , la amiga alegre y sorprendente, la madre presente, con la que mas adelante te reencontraras.
Primo Moncho, tu eres el único Artemón legitimo de la familia, sí , lo reconozco, pero los demás también lo somos por vocación y ahora sucede que nos esta tocando como familia ir desprendiéndonos de personas que amamos. Por esto, por ser Artemonianos, es que debemos caminar erguidos con la frente en alto, fuertes y dignos y en tu caso, dichoso y feliz, por haber tenido el privilegio de compartir tantos años con ella. No llores su perdida, mas bien regocíjate por todo lo que viviste con ella.
Esa, primo, es la nobleza de nuestra sangre que nos obliga.
Mario Parra