Un siglo
Ojos azules profundos, manos
gruesas, sonrisa a flor de labios, trabajador para mantener a sus 10 progenies, amigos de sus amigos, forjador de una descendencia amplia y generosa,
que recuerda y sigue los principios inculcados, entre los cuales, recuerdo nítidamente
tus frases, “estudien, estudien, estudien…..ustedes tienen que ser mejor de lo
que yo lo he sido…” o “ las tablas, las tablas, las tablas.”
También, pelo teñido- vanidoso, pisaba la cola a los gatos- carcajeaba,
apretaba las manos- gozaba, celebraba sus cumpleaños – con curanto y
capelettes, hinchador de pelotas - en las mañana cuándo queríamos dormir.
Naciste hace 100 años, te recuerdo hoy, orgulloso de ser tu
hijo.