DESPEDIDA A LA TIA ELVIRA
"Hay muchos momentos y situaciones difíciles en la vida de un hombre, pero indudablemente la más difícil de todas es la despedida final de su propia madre, es por eso que mediante algunas ideas escritas en forma rápida y desordenadamente en una hoja de papel, resumo lo siguiente:
Desde su primera juventud fue empleada pública en el Servicio Nacional de Salud y específicamente en el Hospital de Angol, y paralelamente esposa y madre de cuatro hijos. Ambas formas de vida las mantuvo siempre en su más alta expresión gracias a su gran capacidad de trabajo y por que no decirlo gracias también a su capacidad física.
La participación que le cupo en nuestra educación desde nuestra temprana edad fue siempre sin ninguna mala expresión y menos aún un castigo físico.
Todas estas cualidades unidas a su humildad y bajo perfil, cualidades no bien aceptadas en nuestra sociedad pero que, sin embargo, le dieron un fuerte sello personal que nosotros como hijos agradecemos enormemente y que además le permitió mantener a lo largo de los años amistades hermosas y duraderas.
Ya en el otoño de su vida y luego viuda se dedicó, además de las labores habituales de la casa, a otras actividades de su entorno como su participación en la Agrupación de jubilados de la salud, su permanente y creciente espiritualidad expresada en la Legión de María y actividades propias del Centro de Madres en donde aprendió manualidades como trabajos de pintura, bordados en tela y fabricación de flores ornamentales además de muchas otras actividades que se me escapan en estos momentos, actividades todas que señalan su gran energía.
Estoy sí seguro que su actuación a lo largo de su vida fue premiada por el Padre Dios haciendo que el momento de su paso de la vida a la muerte fuera rápida y sin sobresaltos a través de un suave y tranquilo sueño aproximadamente a las 18,30 hrs. del lunes recién pasado; digo aproximadamente porque de acuerdo a los testigos presentes no hubo un cambio notorio en la expresión de su rostro.
Finalmente, agradezco a Dios por haberla tenido como nuestra Madre y la entregamos ahora al plano de los cielos por la eternidad de las eternidades.
Además agradezco a la familia presente, a los vecinos y a los amigos, por hacernos de estos difíciles momentos más llevadero."
ORLANDO PARRA DIAZ